martes, 1 de mayo de 2018

RETO 2. CASTILLO DE SANTA CATALINA DE CÁDIZ.

En esta ocasión el reto se nos plantea más cercano, en un lugar que hemos visitado muchísimas veces y que incluso hemos estudiado y explicado en más de una oportunidad. Se trata del Castillo de Santa Catalina de Cádiz.

Entrada del castillo. Foto Rosa María Salas
Lo primero de lo que tenemos que informar al lector es de que la entrada es gratuita y los horarios de visita son de 11 a 19 y de 11 a 20 y 30 en verano, pudiendo este último cambiar con los conciertos del atardecer que se realizan normalmente en la temporada estival. Actualmente es un recinto cultural donde se realizan exposiciones de diversa índole en los diferentes pabellones, existiendo una pequeña permanente sobre la historia de la ciudad.  Una de las cosas de las que adolece el Castillo, en la primera impresión, es de una historia del propio enclave, aunque nosotros, por nuestra cercanía a sus estudios os resumiremos en esta entrada que realmente trata sobre la visita al mismo.

Baluarte que flanquea la entrada. Foto Rosa María Salas
El Castillo de Santa Catalina está ubicado en la Caleta de Santa Catalina ( a quien debe el nombre, y que adquirió a su vez por una ermita anterior cercana al lugar donde hoy se encuentra el baluarte de los Mártires). Su construcción nos remonta a las postrimerías del ataque anglo-holandés que prácticamente destruye la ciudad. Ante esto, había dos alternativas, la huida a otro enclave, o la reconstrucción de Cádiz. Felipe II apostaría por la vía reconstructiva con una gran fortificación. Para ello envíó a Cádiz al ingeniero militar Cristóbal de Rojas, que concluyó que la actuación más inmediata era la de levantar una fortificación en la caleta para defender así uno de los frentes más vulnerables del borde marítimo. Antes de asumirse definitivamente el proyecto del Castillo, hubo otros como los de crear una simple torre defensiva que fueron desechados. Así el 25 de octubre de 1597 se promulgaba una Real Cédula por Felipe II que ordenaba la construcción de este Castillo.

Entrada al Castillo. Foto Rosa María Salas
Constituye una importante muestra de la arquitectura militar en la Edad Moderna y tiene planta estrellada con tres baluartes al mar y un flanco abierto a la ciudad don de está la entrada protegida por otros dos baluartes más y un foso actualmente seco que regulaba su nivel de agua mediante esclusas. Un puente da paso a la puerta donde habría un cuerpo de guardia superior. En la entrada, una inscripción recuerda la construcción de la obra. Es curioso que el proyecto original albergaba la idea de una ciudadela con un aspecto parecido a la entrada de tierra de la ciudad.  Bajo la estructura existen calabozos y aljibes, estos curiosos aunque no visitables por contar con ornamentación de barcos de la época.

Los muros de los baluartes son gruesos e inclinados sin demasiada altura para aguantar las embestidas de la artillería, siguiendo el modelo renacentista de construcción militar que abandona las grandes torres fácilmente abatibles por la artillería. 

Tras la entrada, donde se dice que en la construcción se llevó la
Patio de Armas y Capilla. Foto Rosa María Salas
original ubicada en la Puerta del Mar del Pópulo (hoy perdida) se accede a un patio de armas donde se distribuyen los diferentes pabellones que están porticados en dos de sus frentes, mientras en el tercero se ubica la capilla de Santa Catalina, construida en 1693 bajo el mandato de Carlos II. La capilla es una nave cubierta de aspecto sobrio, con un único retablo, bóveda de cañón y coro alto, contando con una espadaña de remate desde donde sonaban las campanas. El retablo, hoy muy deteriorado, estaba dedicado a Santa Catalina pero contenía representaciones de San José, San Agustín, San Francisco y otros.

Interior de la Capilla. Desde el Coro alto.
Foto: Rosa María Salas
El suelo es de damero, encontrando inscripciones funerarias en algunas de sus lozas. Esas inscripciones corresponden a enterramientos infantiles, ya que el castellano tenía el privilegio de enterramiento en la capilla.

Hoy en la capilla encontramos una pila procedente de San Sebastián, además de la Virgen del Buen Viaje de la capilla de San Sebastián, los patronos de la ciudad, y los dos leones que flanqueaban la entrada al Castillo de San Sebastián recuperados hace un año gracias a la labor del Ayuntamiento y la denuncia de ADIP y Jorge Nicolás Salas (guardia del Castillo de San Sebastián).

Desde el 29 de agosto de 1769 por Real Orden de Carlos III, se convierte en prisión militar, pero no dedicada en un primer momento a presos comunes sino a personas de mayor condición. 

Justo en la entrada del castillo, en la parte superior, se
Puesto de Guardia Principal. Delante de la casa del castellano.
Foto: Rosa María Salas.
encuentra la Casa del Castellano, hoy tampoco visitable, en la zona mejor protegida del Castillo. Frente al puesto de guardia central del mismo.

Algunos de los castellanos más importantes que tuvo el Castillo son el primero, el Alférez Vicente de Robles en 1600, Manuel de Benavides en 1601, Mateo de Paredes en 1602, y Sancho de Benavides en 1616. 

A parte de haber albergado el embarque de Batallones de Flandes la historia del castillo se basa en parte en su etapa de prisión militar por albergar a huéspedes de interés. 

Entre ellos, uno de los más destacados es el heredero inca, hijo de Tupac Amaru II, Fernando, que llegó al castillo con 16 años en 1785 y que tras varios años fue llevado a Getafe, sufriendo la extraña enfermedad de Melancolía Hipocondrial. 
Vistas desde el castillo. Foto Rosa María Salas
Otro ilustre visitante del castillo fue Mariano Abasolo, caudillo de la independencia de México. Este hombre, que murió de tuberculosis en el mismo, es uno de los héroes mexicanos aunque delató a otros caudillos. Curiosa es la historia de su mujer que vino a Cádiz para estar cerca de él y que incluso pidió vivir en el castillo, cosa que se le negó, aunque no la entrada. 

Otros personajes más cercanos en el tiempo fueron Fermín Salvochea, o el general Sanjurjo tras la Sanjurjada. También algunos participantes en el golpe de estado del 23 de Febrero acabaron en el castillo siendo el más importante San Martín.

Mención aparte nos merecen dos tipos de presos comunes en el siglo XX. Por un lado los sindicales, que incluso fabricaban cuartillas con vegetales dentro del recinto. Por otro lado, los testigos de Jehová, condenados por insumisión a 12 años de prisión que volvían a repetir al cumplirlos al estar en edad militar (hasta los 40 años). Estos incluso tuvieron dentro una fábrica de balones.

Como veis, en este esbozo de historia, comprobáis que la historia del castillo es para tenerla en consideración y para reclamar que se encuadre en uno de esos pabellones de uso cultural de hoy día. 
Sin su historia, la visita queda inconclusa, descuadrada, y sólo con el interés que puede mostrar la belleza arquitectónica del mismo y las vistas que nos dejan los baluartes y las garitas. 

Objetivo cumplido, reto conseguido.  

Visitantes en el Reto 2: Foto Rosa María Salas. 


5 comentarios:

  1. Perfecto. Un castillo con un encanto especial, sin duda. Gracias por las explicaciones. Y espero que los elementos propios del castillo de San Sebastián vuelvan a él algún día.

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    1. Gracias Charo. Y sí, esperamos que algún día vuelvan a su lugar.

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  2. Muy buena difusión Moisés. ¿Que opinas de volver a inundar el foso con agua del mar y rebajar el muro q quita la vista del Balneario desde el puente de entrada?

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  3. ¿Y no hay un estudio para ello? Creo haber leído algo

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